ALUSIONES RELIGIOSAS
A buen capellán, mejor sacristán. Indica que al lado de una persona suele haber profesiones de alta valía.
A cada santo le llega su día.
A Dios rogando y con el mazo dando.
A los tontos y a los pastores se les aparece la Virgen.
A medida del "pelegrino" son las medallas. / A medida del santo, son las cortinas. / Conforme es la peana, es el santo. Son distintas expresiones que dan a entender que no hay que fiarse de las alabanzas que uno se hace para conocer los atributos físicos o la condiciones de una persona, porque estos están a la vista y son de sobra conocidos.
A pecado nuevo, penitencia nueva.
A quien Dios se la dé San Pedro se la bendiga.
A quien madruga, Dios le ayuda.
A quien Dios da la llaga, da la medicina.
Al mal hecho, ruego y pecho.
Agua, candela y la palabra de Dios, ningún hombre de Dios negó.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Angelitos de Dios, testigos del diablo. Referido a las personas tenidas por buenas y que luego nos han defraudado, o de aquellas que han cambiado inesperadamente su comportamiento hacia nosotros.
Beato y tuno, todo es uno.
Beatos embusteros, rosario al cuello, esos engañan a Dios primero. Censura mordaz contra los que practican una religiosidad hipócrita, cuya presencia en los ritos religiosos no está en consonancia con sus hechos y en su relación con los demás.
Bien está San Pedro en Roma. Sirve para señalar que se está bien como se está, y rechazar cualquier propuesta de cambio.
Cada día hace uno una tontería y dé gracias a Dios el día que no hace dos.
Cada uno en su casa y Dios en la de todos.
Cada uno para sí y Dios para todos.
Comulgar con ruedas de molino.
Con la iglesia hemos topado Sancho. Frase proverbial extraída del Quijote, aunque en este caso se escribe con minúscula porque don Quijote, ya medianoche, se va a dar con la iglesia de El Toboso confiando encontrar allí el alcázar de Dulcinea y, ante la percepción de su fracaso, exclama: "con la iglesia hemos dado, Sancho" (capítulo IX de la segunda parte). Este sentido literal ha sustituido por la intención, un tanto anticlerical, de ser peligroso tratar o entremeterse en asuntos de la Iglesia. A veces la frase se utiliza referida a una persona importante o institución.
Conforme es el carnal es el cuaresmal.
Cuando Dios no quiere, los santos no pueden.
Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas.
Cura nuevo, santos al "retrotero".
Curas y médicos saben a miles los secretos.
De dinero y santidad, la mitad de la mitad. / De pobreza y santidad la mitad de la mitad.
De los amigos que me guarde Dios, que de los enemigos me guardaré yo.
De orgullo y agua bendita cada uno torna lo que necesita.
De santo que come no se fía nadie.
Debajo del manto, otras cosas esconde el santo.
Del agua mansa, líbreme Dios, que de la turbulenta (o corriente) me libraré yo.
Del que me fío me libre Dios y del que no me fío me libro yo.
Desnudar un santo para vestir otro es cosa de bobos.
Dios aprieta, pero no ahoga.
Dios da mocos al que no tiene pañuelo. / Dios da mocos a quien no se los sabe sonar. Crítica irónica contra los que no saben aprovechar las ocasiones favorables, o sacar partido de sus habilidades oposición.
Dios da nueces al que no tiene muelas.
Donde el santo hizo el milagro, dejó el cojo la muleta.
El consejo del viejo frailuco: "Hay que ser cuco".
El corazón en Dios y la mano "ande" se pueda.
El hábito no hace al monje.
El hombre propone y Dios dispone.
El que no tiene cruz se la busca.
El que se levanta tarde ni oye misa ni come carne.
En conventos y comunidades, nunca enseñes tus habilidades.
En el pecado lleva la penitencia.
En santo y santa que mea, nadie crea.
Eres más perro que San Amaro (que hacía los milagros tumbado).
Explicar al inepto, es igual que predicar en el desierto.
Falta confesada, medio enmendada.
¡Fíate de la Virgen, y no corras!
Gente de sotana, logra lo que le da la gana. / Gente de sotana, nunca pierde y siempre gana.
Las lechuzas no beben el aceite, es el sacristán quien se lo bebe.
Lo primero y principal es oír misa y almorzar, y si corre mucha prisa, almorzar antes que a misa.
Más hechos, y menos golpes de pecho.
Más vale no pecar que a menudo confesar.
Nadie es profeta en su tierra (y la mayoría, ni fuera).
No es santo de mi devoción.
No hay altar sin cruz.
No se puede estar en misa y repicando. / No se puede repicar e ir en la procesión.
No sirven sermones al que tiene malas inclinaciones.
No tengo más Dios ni más Santa María, que salirme con la mía.
No voy a la iglesia (o a misa) porque estoy cojo, pero sí a la taberna poquito a poco.
Nunca es más grande el hombre que cuando está de rodillas.
Predicar en el desierto, sermón perdido.
Predíqueme usted, padre, que por un oído me entra y por el otro me sale.