PRIMER PLATO
|
|||
|
|||
Se asan los pimientos se pelan, se limpian de pepeitas y se pican en trozos pequeños; se asan unos ajos, y una vez asados se pelan y se añaden a los pimientos. Se le añade un par de tomates bien maduros y aceite de oliva y se cuece hasta que se reduzca. Se sirve caliente o frío, depende del gusto. |
||
|
Se cuecen las patatas con unos dientes de ajo y bacalao desmenuzado (dos partes de patatas y una de bacalao lavado, pero sin poner en remojo). Cuando está bien cocido, se aparta para hacer un puré. Se añade miga de pan, remojada de antemano. Se pone en un recipiente de barro, se trabaja con un mazo de madera, echando aceite poco a poco; cuando la pasta ha conseguido una consistencia tal que se pega al mazo, el ajo está en su punto. Para servirlo, se tapa con finas rodajas de huevo duro. |
||
|
Se fríen unas patatas como si fueran para tortilla, lentamente sin dejarlas arrebatar. En un plato se bate un poco de harina con agua (cinco o seis cucharadas) cuidando que no haga grumos. Cuando están fritas las patatas, se les agrega esta pasta y se deja tostar como una tortilla, dándole vueltas por las dos caras. Se acompaña con unas guindillas, pimientos o cebollitas en vinagre. |
||
|
Se parten en pequeñas lonchas extremadamente finas de pan candeal depositándolas cuidadosamente en un recipiente amplio de bastante superficie. Una vez colocadas, se le echa por encima agua sazonada con sal sin empaparlas demasiado. Esta operación se hará una noche antes a ser posible aunque no es indispensable, con el objeto de que el pan esté lo suficientemente húmedo. En un poco de aceite, se refreirán algunos trozos de tocino de panceta o papada. Una vez fritos se apartan, y en la grasa resultante se sofríen seis dientes de ajo sin pelar y con una leve rajita para que no salten. Una vez dorados los ajos, se apartan y se añade el pan al aceite, no dejando un instante de cortar las rodajas con una espumadera o cualquier utensilio cortante en la base. Esta labor resulta pesada y laboriosa, sin embargo es indispensable, ya que las migas han de estar doradas, sueltas y granuladas con nada absolutamente de grasa, ni caldo. A mitad de la cocción se le añaden el resto de los ingredientes. Se puede servir con uvas. |
||
|
Hay que picar muy fino una cebolla, cinco tomates de buen tamaño y muy maduros, previamente pelados y dos dientes de ajo, se le añade aceite de oliva, sal y un chorrrito de vinagre. Se le pican dos huevos duros (cocidos) y se sirve con unos trocitos de atun en aceite y aceitunas negras. Se sirve frio. |
||
|
Se lava bien un kilogramo de pimientos, se quitan las semillas, se parten en trocitos y se ponen a freír junto a unos dientes de ajos en ocho cucharadas de aceite a fuego muy lento y a ser posible tapada la sartén para que el vapor actúe sobre los pimientos guardando su aroma y sabor. Una vez fritos, se sacan de la sartén. En el mismo aceite, se fríen dos kilogramos de tomates muy maduros, pelados y triturados previamente. En el primer hervor se le añade una cucharadita de azúcar, para quitar el exceso de acidez del tomate, y se pone la sal correspondiente. Se le añade el pimiento y unos cominos al tomate y a fuego lento, se deja freir lentamente durante diez minutos. |
||
|
Se toma un bloque de sangre y tras cocerla con sal, agua y laurel, se parte en lonchas de un centímetro de espesor o menos al objeto de que no esté tan seca. Tras pasarla por la sartén en aceite muy caliente se apartan en una fuente de barro. Aparte se hace un sofrito con una cebolla de buen tamaño muy picada, un tomate pelado y triturado, cuatro dientes de ajos machacados con un poquito de sal, un poco de guindilla y unos trocitos de pimentón marrón. Este sofrito se esparce a cucharadas por encima de las lonchas de sangre. Se sirve frío y acompañado de un buen vino manchego. |
||
|
Se asan cuatro patatas hermosas y sanas, unos pimientos rojos, un par de cebollas picadas finamente, bacalao y cuatro cabezas de ajo. Se pelan los ajos y las patatas. Se pica todo lo demás después de haber limpiado los pimientos y el bacalao. Se pone en una sartén con un poco de agua y un buen chorro de aceite; se deja hervir quince minutos. |
||
|
Lo primero que tenemos que hacer con los cangrejos es tenerlos bastante rato en agua para que expulsen unas impurezas que llevan adheridas en las patas. Después se procederá a caparlos. Operación complicada al principio pero sumamente fácil cuando se adquiere una pequeña costumbre. Se trata de girar sobre su eje la parte central de su copa caudal y sacar con ella un hilillo negro que suele ser un poco amargo, estropeando un poco los guisos. Según esta receta, la cangrejada no puede llevar cebolla, pues destrozaría la carne del cangrejo. En una sartén se fríen unos dientes de ajo picados muy finos, se añade salsa de tomate y unos trocitos de jamón serrano, una guindilla y una pizca de pimienta, al final se le pone un poquito de vino blanco y se añaden los cangrejos. Tras unos minutos de cocción, la cangrejada estará lista. |